Por Carla Ávila R.
La comunicación medioambiental es un área práctica y un campo de investigación reciente que surge del interés por el deterioro de nuestro entorno natural y la manera en que diferentes actores y grupos de interés, de los más variados ámbitos, comunican al respecto, sirviéndose de múltiples estrategias y herramientas, con múltiples enfoques y alcances, con el objeto de generar acciones concretas de cambio en post del bienestar del entorno natural.
Esta primera nota sobre comunicación medioambiental permitirá ahondar sobre esta disciplina como área de investigación, develando la importancia de la selección del prisma teórico a la hora de definir las estrategias comunicacionales para la sostenibilidad de una empresa, una organización no gubernamental, una institución de gobierno, una universidad, entre otras.
Dos grandes tendencias teóricas han marcado el desarrollo de la comunicación. Un enfoque de transmisión puro y duro, basado en las teorías de mediado del siglo XX de Shannon y Weaber, el cual, desde una visión informática e ingenieril, supone que el mensaje transmitido y recibido es exactamente igual entre emisor y receptor. Desde otra vereda, surge la visión simbólica de la comunicación permitiendo crear sentidos y, de esta manera, interpretar colectivamente una situación en un contexto social e histórico.
En paralelo, existen dos maneras de abordar la definición del entorno natural. Por un lado, el medioambiente habla de una materialidad que rodea a los seres humanos y que es ajena a ellos. Esta capacidad de abstraerse en una suerte de superioridad o antropocentrismo permite pensar en la naturaleza como un recurso al servicio de la humanidad. Por otro lado, desde una visión holística, el entorno natural puede ser concebido como un ecosistema, compuesto por una biodiversidad de seres vivos y sus interrelaciones, capaz de ofrecer servicios ecosistémicos de los cuales, el ser humano puede ser parte.
De esta manera, se puede decir que la comunicación medioambiental, es “un campo de estudios que se inclina a vincular teorías de la comunicación y del medioambiente, con el objeto de analizar la función y la influencia de la comunicación en los problemas ambientales” (Kane, 2019). Dicho lo anterior, podemos destacar la corriente crítica, que combina la visión simbólica de la comunicación con la definición antropocéntrica de la naturaleza, lo que les permitiría explicar las desigualdades materiales (Justicia Ambiental). Desde otro ángulo, se adopta una visión ecologista, atribuyendo a la naturaleza la capacidad de modelar el ecosistema natural y humano. La naturaleza es un actor a parte entera con poder de cambio. Por último, existe un enfoque ético de la comunicación medioambiental (Cox, 2007), que apela no solo al estudio e investigación, sino que llama a tener una posición ética y de acción en un momento de crisis.
Desde la perspectiva de Voz Chile, preconizamos una visión holística y ética de la comunicación medioambiental al momento de asesorar a nuestros clientes. El medio ambiente, como pilar del actuar responsable de toda organización, debe ser un eje fundamental en su modelo de negocio. La integración de la biodiversidad es también parte de los elementos que deben estar en juego a la hora de definir su visión del mundo. Por último, y aceptando que hombres y mujeres somos parte de un ecosistema natural, construido e interpretado, los anhelos y proyecciones de las comunidades deben armonizarse con los intereses de todos los actores involucrados.
